Honras fúnebres
Por tradición se llegó a asumir que esta capilla de los reyes se construyó para enterramiento del rey Enrique II de Castilla o al menos como capilla para velar su cadaver hasta su sepultura final en Toledo.
Esta creencia derivaba de la mención que su contemporáneo López de Ayala hace en su Crónica de los Reyes de Castilla sobre unos días que estuvo velado su cuerpo en esta capilla tras morir repentinamente, en 1379, estando de viaje cerca de Burgos.
Hechos documentados
Mas allá de la tradición, la realidad documentada muestra una relación mucho más puntual y administrativa entre Enrique II y este espacio de la catedral.
Así en abril de 1370 emite desde Medina del Campo un documento por el cual concede a la catedral una partida económica para la dotación de las capellanías llamadas de los reyes que se entiende estaban en santa Catalina.
Isabel de Portugal
Al morir Isabel de Portugal (1498) en el castillo de Arévalo donde residía se traslada su cuerpo hasta la Cartuja de Miraflores en Burgos para ser enterrada junto a su marido Juan II de Castilla.
Para las honras fúnebres que se iban a realizar en la ciudad el cabildo catedralicio apela a la relación de esta capilla con los reyes pasados para intentar que se realice el velatorio en ella. No consta que lo consiguiera.