Campidoctor

Tras el nombre; Rodericus (Rodrigo), y el apellido; Didaci (Díaz o hijo de Diego), decidieron señalar su condición de maestro guerrero apelando a uno de sus más angostos y famosos sobrenombres, el Campeador.

El término es la versión en lengua romance del latín campi doctus y que en esta época cidiana del siglo XI haría referencia al dominador en el campo de batalla en el sentido más literal. Rodrigo Díaz será un guerrero que buscará la batalla campal frente a lo más normal en la época como eran las incursiones o los asedios.

El propio Rodrigo usó este sobrenombre en algün documento hacia el final de su vida. También en fuentes árabes casi contemporáneas se le cita con ese término en su versión árabe al-Qambiyatur. Sin embargo la proyección heroica y legendaria del nombre empieza con el Carmen Campi Doctoris datado a finales del siglo XII.

MXCIX Anno Valentiae

Murió en la ciudad de Valencia en el año 1099. De todos los datos sobre la figura del Cid este del año y lugar de su muerte será sin duda el más veraz.

Rodrigo era señor de Valencia desde que la tomara cinco años antes y fue enterrado en la catedral de la ciudad como el deseó. Sin embargo Valencia caería en 1102 y Jimena trasladaría sus restos al monasterio de san Pedro de Cardeña, quizás por ser el monasterio de cierta envergadura más cercano a Burgos, en este viaje de vuelta.

a todos alcanza honra

a todos alcança ondra
por el que buen ora nacto.

Este es uno de los versos finales y más famosos (vv.3725) del crucial poema del Mio Cid (1207) y que el experto Menéndez Pidal eligió como epitafio para esta lápida del Cid en la catedral.

Este verso, además de muy popular y reconocible, aparece en el Cantar relacionado con la honorabilidad de la estirpe real castellana que ya en el poema se la tenía como descendientes del Cid. Una idea alimentada desde un primer momento por los sucesivos reyes de Castilla como factor legitimador ante los ojos del pueblo.

Eximina...

En la mitad inferior de la lápida aparecen las inscripciones relativas a doña Jimena que comparte tumba con su marido Rodrigo Díaz.

En un mezcla entre lengua romance y neolatín la elección de Menéndez Pidal anuncia a Jimena su mujer. Bajo esta sentencia una expresión sacada de la Historia Roderici para plasmar su ascendencia noble: Hija de Diego Conde de Oviedo: Didaci comitis Ovetensis filia. Termina con la sentencia Regali Genere Nata para reforzar su relación familiar con la realeza:de regia estirpe nacida.

Ramón Menéndez Pidal

Es el más famoso historiador de la figura del Cid y fue el elegido para supervisar y dedicir sobre el traslado y enterramiento de don Rodrigo Díaz en ese último enterramiento de 1921.

Su familia poseía el único manuscrito (cercano al original) que se conserva del Cantar del Mio Cid y el dedicó su vida académica a su estudio junto con la propia figura del Cid. Entre finales del siglo XIX y principios del XX fue la voz única sobre el tema. Influyendo significativamente sobre los trabajos posteriores tanto positiva como negativamente.