La tumba en el medio de la capilla
Destaca, casi en el centro de la capilla y a baja altura, la tumba de un caballero. Una imagen en piedra poco detallada pero con la vestimenta y atributos de un caballero tipo de la media/baja nobleza castellana del momento.
Ese estilo y su desgaste de la figura nos acerca a pensar en un origen prácticamente coetáneo a la capilla que los principales autores la sitúan entre 1371 y 1378. Por otro lado la primera mención explícita a una “sepultura alta” será en un documento de 1578.
¿y de quién se trata?
En los Libros de Memorias de la Catedral del último tercio del siglo XVI (volúmenes nº 40 y nº 41), se relacionan dos nombres con una sepultura alta en el medio de la capilla, ante el altar.. Por un lado a Garci Fernández de Castellanos(1375); y por otro a Pedro Estébanez de Castellanos(1409).
El asunto se complica un poco más cuando vemos que a mediados de ese siglo XVI ya se había pedido por dos veces (años de 1544 y de 1555) que se retirasen las tres sepulturas situadas delante del altar de Corpus Christi. Traslado que no se hará puesto que a finales de ese siglo (1596) se termina retirando a un lado el bulto de el medio de la capilla.
Un sepulcro en el descansillo de la escalera
Corresponde al matrimonio formado por Miguel Esteban de Huerto del Rey (1283) y Doña Ucenda de Prestines (1296) fundadores de la Cofradia de santa María de Gamonal, también conocida como Cofradía de los Caballeros. Junto a la corona y el propio cabildo catedralicio, será promotor y patrocinador en la construcción de la iglesia de la Real y Antigua de Gamonal (finales s.XIII).
A pesar de esa fuerte relación con la iglesia de Gamonal y quizás porque esta última estaba bajo la tutela directa del cabildo, el matrimonio fue enterrado en el recientemente concluido claustro bajo de la Catedral de Burgos.
Dos siglos más tarde, en 1489, los cofrades de santa María de los Caballeros buscan recuperar su memoria y piden que se trasladen sus sepulturas a un lugar más adecuado que un claustro bajo casi convertido en lonja y almacén. Es en ese momento cuando se colocan en la ubicación actual.
Condes de Castañeda / de Osorno
En dos árcos embebidos en el muro bajo la escalera están las estatuas yacentes de los condes de Castañeda. Están realizadas en alabastro y claramente influenciadas por la tumba de los Condestables lo que revela una construcción posterior a la mitad del siglo XVI.
La pareja de estatuas serían trasladadas a este lugar en noviembre de 1854 tras haber estado colocadas a la entrada del patio del claustro bajo durante casi una década.
El traslado será a consecuencia de un conflicto entre el cabildo catedralicio y la Comisión de Monumentos Artísticos e Históricos a mediados del siglo XIX. Dicha Comisión solicitaba las estatuas, situadas en el clatro bajo ese momento, para el recién inaugurado Museo de Bellas Artes y Biblioteca Provincial y aunque en un principio el cabildo acepta después se retractará alegando que las figuras ya están bien recolocadas en la capilla del Corpus Christi.
Es durante este pleito cuando se habla de ellos erróneamente como condes de Osorno cuando en realidad se trata de sus ascendentes los Iº condes de Castañeda; Garci Fernández Manrique y Aldonza de la Vega.
Otras sepulturas
La documentación catedralicia y antiguos historiadores señalan algún otro nombre más asociados a esta capilla.
Inés Alfonso de Escobar, mujer de Garci Fernández de Castellanos. Cuando se hace la primera referencia documental a memorias por Garci (1407) se señala que también se hacen por su mujer. Sin especificar nombre, tipo de sepultura o ubicación.
Constanza García, aparece documentada como hija de Juan Estébanez de Castellanos en el Libro Redondo del año 1414. Se señala un reparto de dinero entre los residentes a la capilla para el enterramiento de la propia doña Constanza.
Con motivo del traslado del enterramiento de los condes de Castañeda a esta capilla del Corpus Christi algunos historiadores del momento (Pedro Orcajo) señalan cómo se descubrieron restos de dos personas en el lugar sobre los que se van a colocar las estatuas de los condes. Sin más referencias se les señalará como Juan de Castellanos y Pedro de Castellanos y no se indica que se reubicasen en otro lugar.